sábado, 5 de noviembre de 2011

Panteón francés de la Piedad

Este panteón se construyó en los terrenos que en el siglo XVI fueran de los condes de Miravalle quienes la conservaron hasta mediados del siglo XIX cuando los propietarios de la vecina hacienda de la Teja -Joaquín y Estanislao Flores- la adquirieron. Estos hermanos tenían el proyecto de unir la hacienda de la Condesa con la de la Teja por medio de un canal navegable que partiera de la Villa de Tacubaya y pasara por el canal que llegaba hasta Chalco aunque nunca lo empezaron. Por deudas se vendió el terreno a la familia Escandón, ellos decidieron establecer un panteón; recordemos que recién se había completado la reforma de Juárez que abolía el monopolio religioso de las inhumaciones y ellos contaban con un terreno que por su cercanía con la ciudad y la falta de panteones en la zona era óptimo para ello. La comunidad francesa siguiendo una política que apoyaba a sus compatriotas dandoles hospedaje, servicios médicos y educación entre otras cosas, encontró en este proyecto un lugar favorable para enterrar a sus integrantes por lo cual se planeó un cementerio siguiendo la distribución del famoso Pere Lachaise en Francia de ahí que al final de la calzada principal existe una bella capilla gótica.



 Los trabajos se iniciaron a finales de 1864 y en esta época ya perfilaba como uno de los lugares de reposo más elegantes y modernos, contaba con separaciones para católicos, protestantes y masones y había una zona especial para militares; actualmente existe un monumento y un osario para ellos, en la parte superior tiene una leyenda que dice "A las víctimas gloriosas del incendio de 4 de mayo de 1865" y los nombres de Jean François Scipion, Houeix de la Brousse y Auguste Schlencker, militares que perdieron de manera heróica la vida al tratar de salvar a varias personas atrapadas en un edificio en llamas. También hay un monumento dedicado a los sodados franco-mexicanos caidos en la 1era guerra mundial con los nombres y rangos de estos.
 Con el tiempo el número de mexicanos enterrados aquí fue creciendo aunque seguian siendo de familias acomodadas por lo cual los monumentos funerarios que se pueden encontrar son de gran calidad y siguiendo los modelos europeos, esto otorga  un encanto particular al lugar, podemos encontrar por ejemplo una copia fiel de La piedad de Miguel Ángel, hermosas esculturas, capillas y variados estilos en los mausoleos; sobreviven también algunos emplomados de los realizados por la compañía F.X. Zettler Munich-México quienes hicieron los vitrales interiores del hoy museo de geología de la UNAM. Algunas de estas maravillas se pueden ver aquí. Este cementerio se encuentra sobre avenida Cuauhtemoc y Viaducto, se reconoce por su entrada en cuyo arco está una inscripción que reza "Dichoso aquel que muere en el señor"

Hay que tomar en cuenta que este panteón es privado por lo que para entrar es necesario que se vaya a visitar a algún pariente ahí enterrado, otra forma de visitarlo es ir el 1 o 2 de Noviembre, ya que en estas fechas no existe tal restricción.


miércoles, 29 de junio de 2011

Axotla

Esta zona ubicada entre las avenidas Río Mixcoac, Minerva y Universidad es casi un viaje al pasado. Su nombre hace referencia a los axolotes que podemos suponer existían en este lugar debido a su cercanía con el ahora casi extinto río Magdalena. De origen prehispánico ya en un mapa de 1876 aparecía como perteneciente al marquesado de Guadalupe; esas tierras fueron fraccionadas y dieron lugar a lo que ahora se conoce como las colonias Guadalupe Inn y Florida entre otras.  Lo interesante de la zona es que conserva su traza original  y aún mantiene un poco del ambiente pueblerino.






Ahí encontramos una capilla dedicada a San Sebastián que data del siglo XVI fundada por los dominicos que conserva aún algunos elementos originales como los muros de mampostería, la portada de cantera labrada de marcada influencia indígena, un arco que separa el presbiterio del resto de la nave adornado con estilizaciones de flores y el techo con viguería, no con cúpula. Se le añadieron en el siglo XIX dos pequeñas torres y  ya no existe la barda atrial debido a la apertura de la calle Hidalgo.



El arco de entrada está bellamente labrado, hay que recordar que los habitantes de esa zona fueron conocidos por esta habilidad, Novo en su historia de Coyoacán cuenta que ellos fueron los encargados de construir el calendario del sol. En los muros de este arco se encuentran dibujados el escudo del lugar y un poema que hace referencia a un cementerio que ahí existía pero que desapareció bajo la placita que se encuentra a un lado de la iglesia. Lo que noté es que está un poco abandonada, pusieron una fuente justo enfrente de la cruz atrial y unos columpios frente al arco que estorban el paso, encontré unas imágenes de cómo estaba decorado el interior aquí y no entiendo por qué lo cambiaron por las horribles cortinas que tiene ahora, además de una fuente debajo de la imágen de san Sebastián cuyo estilo no concuerda con la estructura general .



Aún así vale la pena darse una vuelta por este lugar muy cerca del metro viveros, ya en el camino podría tambien visitarse la capilla de Panzacola, otra de las más antiguas de la zona.

martes, 3 de mayo de 2011

Tacubaya

Se sabe por varias crónicas que uno de los primeros asentamientos aztecas y aún antes; de los tecpanecas, se dió en esta zona, debido a sus riquezas naturales ya que de aquí obtenían el agua y los materiales de construcción que necesitaban. Siguiendo un orden cronológico (aunque no muy conveniente si lo que se quiere es pasear por estos lares) tenemos la pirámide de San Pedro de los Pinos, todavía no es una zona que esté abierta al público aunque por su tamaño puede verse comódamente desde el periférico. Según el cuidador el museo de sitio y la zona arqueológica estará abierta para fines de año.


También encontraron vestigios de asentamientos prehispánicos debajo del Templo de la Asunción de santa María Nonoalco, un pequeño y curioso templo de finales del siglo XVI que se encuentra en la esquina formada por las calles Allori y F.C. de Cuernavaca. Recién lo están restaurando y debo de reconocer que impresiona encontrarse con su bello retablo en este templo casi perdido, estas colonias se han deteriorado en gran parte debido a la construcción del periférico. En el catálogo del INAH aparece que el templo ha tenido intervenciones en sus elementos arquitectónicos y decorativos porque faltan, según lo describe Jorge Enciso, "los colaterales del siglo XVII de madera tallada, dorada y policromada, pinturas al óleo, una escultura estofada de la Asunción". Por algunos documentos, se refiere la existencia de una tumba del siglo XVI, cuya construcción tiene influencia de la arquitectura árabe. Se deduce por este hecho el uso del atrio como cementerio desde el siglo XVI.

Esta zona fue naturalmente un lugar de paseo debido a su cercanía con el manantial de Chapultepec, así que en el siglo XIX estaba llena de hermosas casas de campo. Todavía se puede pasear por el Parque Lira cuya portada es de sabor neoclásico con colúmnas jónicas. Construida en el siglo XVIII la habitó en el XIX el conde de la Cortina y conserva en sus puertas la insignia del conde con la leyenda en latín que declara que la fortuna ayuda a los audaces. Junto a éste se encuentra la Casa de la Bola, de estilo barroco sobrio que en el alto muestra un medallón del siglo XVI, si quiere visitarla debe programar una cita.

Tendré que hacer otra visita a este barrio que ha sido siempre ha sido concurrido, alli se ubica el camino real de Toluca, paso obligado de los viajeros. Mi padre todavía recuerda en su infancia haber conocido un mesón en la calle de tordo.
Algunas otras maravillas se encuentran platicadas en este blog, aunque le falta mencionar que también se encuentra la casa donde murió Nahuí Ollin en la calle de General Cano y el templo de Santo Domingo del cual solo queda el atrio; es de resaltar que es el único convento dominico del siglo XVI que se conserva en la ciudad.