Se sabe por varias crónicas que uno de los primeros asentamientos aztecas y aún antes; de los tecpanecas, se dió en esta zona, debido a sus riquezas naturales ya que de aquí obtenían el agua y los materiales de construcción que necesitaban. Siguiendo un orden cronológico (aunque no muy conveniente si lo que se quiere es pasear por estos lares) tenemos la pirámide de San Pedro de los Pinos, todavía no es una zona que esté abierta al público aunque por su tamaño puede verse comódamente desde el periférico. Según el cuidador el museo de sitio y la zona arqueológica estará abierta para fines de año.
También encontraron vestigios de asentamientos prehispánicos debajo del Templo de la Asunción de santa María Nonoalco, un pequeño y curioso templo de finales del siglo XVI que se encuentra en la esquina formada por las calles Allori y F.C. de Cuernavaca. Recién lo están restaurando y debo de reconocer que impresiona encontrarse con su bello retablo en este templo casi perdido, estas colonias se han deteriorado en gran parte debido a la construcción del periférico. En el catálogo del INAH aparece que el templo ha tenido intervenciones en sus elementos arquitectónicos y decorativos porque faltan, según lo describe Jorge Enciso, "los colaterales del siglo XVII de madera tallada, dorada y policromada, pinturas al óleo, una escultura estofada de la Asunción". Por algunos documentos, se refiere la existencia de una tumba del siglo XVI, cuya construcción tiene influencia de la arquitectura árabe. Se deduce por este hecho el uso del atrio como cementerio desde el siglo XVI.
Esta zona fue naturalmente un lugar de paseo debido a su cercanía con el manantial de Chapultepec, así que en el siglo XIX estaba llena de hermosas casas de campo. Todavía se puede pasear por el Parque Lira cuya portada es de sabor neoclásico con colúmnas jónicas. Construida en el siglo XVIII la habitó en el XIX el conde de la Cortina y conserva en sus puertas la insignia del conde con la leyenda en latín que declara que la fortuna ayuda a los audaces. Junto a éste se encuentra la Casa de la Bola, de estilo barroco sobrio que en el alto muestra un medallón del siglo XVI, si quiere visitarla debe programar una cita.
Tendré que hacer otra visita a este barrio que ha sido siempre ha sido concurrido, alli se ubica el camino real de Toluca, paso obligado de los viajeros. Mi padre todavía recuerda en su infancia haber conocido un mesón en la calle de tordo.
Algunas otras maravillas se encuentran platicadas en
este blog, aunque le falta mencionar que también se encuentra la casa donde murió Nahuí Ollin en la calle de General Cano y el templo de Santo Domingo del cual solo queda el atrio; es de resaltar que es el único convento dominico del siglo XVI que se conserva en la ciudad.
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