Ahí encontramos una capilla dedicada a San Sebastián que data del siglo XVI fundada por los dominicos que conserva aún algunos elementos originales como los muros de mampostería, la portada de cantera labrada de marcada influencia indígena, un arco que separa el presbiterio del resto de la nave adornado con estilizaciones de flores y el techo con viguería, no con cúpula. Se le añadieron en el siglo XIX dos pequeñas torres y ya no existe la barda atrial debido a la apertura de la calle Hidalgo.
El arco de entrada está bellamente labrado, hay que recordar que los habitantes de esa zona fueron conocidos por esta habilidad, Novo en su historia de Coyoacán cuenta que ellos fueron los encargados de construir el calendario del sol. En los muros de este arco se encuentran dibujados el escudo del lugar y un poema que hace referencia a un cementerio que ahí existía pero que desapareció bajo la placita que se encuentra a un lado de la iglesia. Lo que noté es que está un poco abandonada, pusieron una fuente justo enfrente de la cruz atrial y unos columpios frente al arco que estorban el paso, encontré unas imágenes de cómo estaba decorado el interior aquí y no entiendo por qué lo cambiaron por las horribles cortinas que tiene ahora, además de una fuente debajo de la imágen de san Sebastián cuyo estilo no concuerda con la estructura general .